viernes, 18 de diciembre de 2009

El jardinero fiel

Carlos Thays vivió la mitad de su vida en París, donde fue discipulo de un famoso paisajista francés llamado Edouard André, y la otra mitad en Buenos Aires. Llegó al país para un proyecto privado en Córdoba que se frustró y de paso por Buenos Aires para volver a Francia le ofrecieron la Dirección de Parques y Paseos Públicos de la ciudad.
Respondió que aceptaría si ganaba un concurso público, que a su pedido se realizó, y que ganó con un proyecto completo de desarrollo paisajístico urbano. Su plan era poblar Buenos Aires de un sistema de pequeñas plazas barriales (que funcionaran para esparcimiento de los vecinos) y algunos grandes parques (que, además de convertirse en grandes puntos de encuentro, funcionaran como pulmones de la ciudad); no dejar calles sin árboles ni árboles sin flores. Hacer, de la ciudad, una suerte de jardín moderno.
Pero no sólo se quedó con esta actividad tan lírica, también hizo posible la industrialización de la yerba mate, tomá mate! Al comenzar el siglo XX en Argentina sólo se cosechaba yerba mate silvestre. El secreto de su germinación se perdió con la expulsión de los jesuitas. Y Thays, con la ayuda de su esposa, probó hasta conseguirlo hirviendo las semillas. Luego el Ministerio de Agricultura distribuyó en toda la Mesopotamia el método para germinar la planta y gracias a él podemos disfrutar de unos ricos y energizantes amargos para empezar el día.
Parece que los 150 mil árboles que Thays y luego su hijo plantaron están a punto de morir porque ya tienen 120 años y están en las últimas de su ciclo vital.
La exhibición y el homenaje estuvieron muy bien, ahora, ¿Macri tendrá idea de ésto o estará muy ocupado defendiendo a un tipo que dice que los pibes de Cromagnon lo hicieron a propósito, como Posse? ¡La puta madre que los re mil parió!

jueves, 17 de diciembre de 2009

Bebedero de mariposas, sí

Uff, hace bocha que no posteo!
Hoy me acordé de los bebederos de mariposas.
Son algo así como el dibujito éste. Cuando me acuerde de traer el cable del celular subo una foto posta que saqué hace unas semanas en la exhibición en homenaje a Carlos Thays, el autor de casi todos los parques porteños.
Las maripocillas se ven atraídas por los vivos colores de las flores de plástico y se posan sobre ellas para beber el agua que gotea.
Pusieron un techo de red en el Patio de Tilos del CCRecoleta y soltaron muchas mariposas que revoloteaban entre los canteros ornamentados.
Yo, chocha (ni pensar en cuántas se murieron porque todavía no tengo una opinión formada al respecto de si las mariposas "sienten", qué vachaché).
Hasta chaus...