El huevo o la gallina

Desde que invité a mis amigos al blog no recibí comentarios, pero hoy me llegó un mail que interpreto como una respuesta a mi último post en el que cito un artículo de José Pablo Feinmann que habla del hambre en medio de las discusiones sobre las instituciones.

Este mail reproduce íntegro el artículo del viernes 15 de junio de Marcos Aguinis en La Nación, que es otra de las interpretaciones del actual gobierno argentino como uno neopopulista y lo compara con otros de Latinoamérica también centrados en el personalismo y la demagogia.

Esta respuesta la escucho todo el tiempo. Y hasta en algunos argumentos estoy de acuerdo, pero ése no es el punto. Esto no termina en nada, por lo menos en nada que redunde en un beneficio para todos. Es más de la lucha de dos grupos, ninguno mejor que el otro, que se disputan el poder, y el resto de nosotros observa desde afuera el populismo contra el neoliberalismo, como en un partido de fútbol.

Yo quería hablar de la idea que a mi juicio proponía Feinmann: discutir qué va primero el huevo o la gallina, cuál es nuestra prioridad el hambre o las instituciones.

Por otro lado, aprovecho para hacer una crítica al artículo. Aguinis tira como al pasar, junto con otras más, la denuncia sobre la relación de la prensa con el gobierno venezolano de Chávez. Y este es un ejemplo de cómo ambos bandos juegan con las mismas armas, auque unos parezcan más educaditos (¿y por ello menos peligrosos?) que los otros.

Si Aguinis se refiere al escándalo de RCTV, puedo contestar que está equivocado y para eso hay una investigación que confirmó que la emisora organizó junto con líderes de la oposición el golpe de estado de 2002 en Venezuela. Sólo con esa comprobación hubiera sido suficiente para retirarle la licencia, pero se esperó al momento en que legalmente venció el plazo de renovación.

Desconozco por qué el “papagayo matón”, que tantas veces me da vergüenza ajena, lo alargó, pero sé que estoy cansada de escuchar denuncias livianas que como las tira un tal no sé quién hay que tragarlas sin pedir explicaciones. Muchos vaticinan amenazantes que la economía argentina se desmadra otra vez en cualquier momento, pero nadie sabe explicarme claramente el por qué. Y dan respuestas en clave que se perciben como información que manejan sólo ellos, como iluminados por una fuerza superior.

Si Aguinis, Feinmann o quien sea afirman algo que antes o después vamos a poder chequear, deberían tener más cuidado o ¿acaso creen que queremos creerles? Y ahí surge otra idea para discutir, ¿queremos creerles?