De poca madre y mucho hit

Bien chido estuvo el show con que los Café Tacuba cerraron el sábado pasado la segunda jornada del Pepsi Music 2007, que se vendió como fecha nacional aunque a las bandas locales que amenizaron desde temprano, como La Portuaria y los rosarinos de Cielo Razzo, se sumaron los orientales de No Te Va a Gustar y el cierre a cargo de los mexicanos.

El cantante Rubén Albarrán, conocido en estos momentos por el seudónimo Ixxi Xoo, saludó a la “banda bonaerense” y sonó No Controles como primer rolita de una típica lista festivalera que no evitó ningún éxito, pero tampoco esquivó el material nuevo del que incluyeron tres temas. Sino es el sexto disco en 18 años de trayectoria y saldrá a la venta el próximo 13 de octubre.

Si bien el público Tacuba no responde tan enérgicamente como el de sus carnales de Molotov, con quienes subieron a tocar Gimme the Power al día siguiente en el mismo Club Ciudad de Buenos Aires, la buena vibra se extendió por casi dos horas de canciones, coreografías seudorobóticas, como la de Déjate Caer, y las corridas de Albarrán con su trajecito blanco deliberadamente corto y su sombrero/antifaz por la pasarela que se adentraba entre la gente.

Además de los cuatro escenarios donde se presentaron artistas varios como el uruguayo Dani Umpi y representantes del pop local como Rosal o Estelares, las casi 20.000 personas que se dieron cita en el predio de la avenida Libertador, incluidos padres con hijos, podían jugar en el samba, someterse a unos relajantes masajes, comer comida china o manzanas, a parte de los tradicionales panchos y hamburguesas. Casi todo menos alcohol, a excepción de las chelas de los chabos.

Otra de las notas altas de la noche fue la actuación de Árbol con su versión hardcore de Pequeños Sueños que desde en frente le pasaron la posta a la banda del DF. La baja, un fastidioso y fastidiado Juan Di Natale desde el trailer de la Rock and Pop, saludando sarcástico a la gente que finalmente se daba cuenta de que el espectáculo había terminado después de la segunda tanda de bises y lo dejaban irse a su casa a dormir.