miércoles, 23 de enero de 2008

Parvulario

El viaje al norte incluyó cosas de lo más interesantes, como una vieja -cuya familia dispone de una colección arqueológica aparentemente muy completa- que nos dio clases de castellano.
Primero, no me cayó nada bien que ella te abre la puerta a gusto, porque las piezas están en una habitación preparada en la parte de adelante de su casa. O sea, ella decide a quién se lo muestra... Su abuelo, si mal no recuerdo, fue un aficionado que recolectó los artefactos de distintos períodos y se los quedó toditos como si fueran de su propiedad. Bué...
La onda de la vieja era terrible, el aire se cortaba con una tijera -porque el ambiente estaba denso no sólo por la mala vibra sino por el polvo suspendido en la humedad del lugar que apenas te dejaba respirar- y nosotras cuchicheábamos preguntas que no nos atrevíamos a hacerle. Pero la vieja estaba pendiente y las contestaba aunque no estaban dirigidas a ella!
El asunto es que algunas de las que para nosotras eran urnas, no lo eran. Eran sarcófagos, porque los cuerpos entraban enteros (hmm, creepy...), y tenían una cartelito que decía "párvulos". Ahí fue donde la hicimos calentar, "porque ahora la juventud no sabe hablar, ya no se enseña castellano". Párvulos son los niños en edad preescolar, de 0 a 5 ponele. "Por eso en España se llama parvularios a los jardines de infantes, que es una traducción del inglés kindergarden", enojadísima.
Salimos cargadas de negatividad, pero aprendimos una palabra nueva y muy útil, por cierto. Cuac!

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